Cuando escuchamos la palabra “cáncer”, se nos viene una ola de emociones, donde debemos tratar de conseguir a toda costa, la solución y la cura para esta enfermedad. Los gastos en sus tratamientos son altísimos económicamente hablando y emocionalmente, incalculable el estrés que esta enfermedad puede causar para el paciente e incluso para todos sus allegados.
Si bien es cierto, en la actualidad, la tecnología ha avanzado tan abruptamente que se ha logrado diagnosticar y tratar células cancerígenas aún no desarrolladas, mediante muestras y tratamientos modernos de alta innovación.
Sin embargo, a esto le debemos proporcionar, la gran participación de personas que padecen esta enfermedad y la disponibilidad de intentar alguna otra opción con respecto al tratamiento tradicional de la cura del cáncer.
Actualmente, se ha disparado una tendencia en tratamientos alternativos y complementarios al régimen médico tradicional. La idea de usar algunas terapias específicas bajo la supervisión del médico de cabecera, será de mayor beneficio, puesto que dará más confianza en el paciente, al querer intentar algo diferente. A pesar de esto, hay varios tratamientos alternativos no muy buenos, de hecho se ha comprobado que algunos pueden ser hasta nocivos y pueden debilitar al paciente, incluso más que el tratamiento por quimioterapia. Estos tratamientos se usan bajo supervisión independiente.
Los tratamientos complementarios más usados por las personas que padecen esta enfermedad son la meditación, la acupuntura y el consumo de té de menta. Estos tratamientos, se hacen en función de tratar la parte emocional del paciente, que como ya sabemos, la ansiedad y la tristeza pueden estar presente cada día y jugar un papel de villano en la larga y lenta recuperación.
Ahora bien, si hablamos específicamente de tratamientos alternativos, que no sugieren supervisión médica constante, podemos decir que los estudios no han comprobado con exactitud que estos sean efectivos y mucho menos seguros para el paciente. Adentrarse al mundo alternativo cuando se tiene esta enfermedad, es llegar a un camino sin salida. La inconsistencia de estos tratamientos hace que el paciente pueda perder tiempo valioso para su tratamiento original e incluso, bloquea el efecto de los medicamentos tradicionales.
No está comprobado por nadie, que funcionen efectivamente. Es por ello que cuando se padezca esta enfermedad, es recomendable buscar terapias o tratamientos complementarios naturales, que a pesar de no curar totalmente, ayudan al paciente a llevar con mejor conocimiento la enfermedad.
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